Dada la mayor atención que se presta a la sostenibilidad en todo el mundo, las empresas se ven sometidas progresivamente a una mayor presión por parte de sus clientes, accionistas e inversionistas para “ser más sostenibles”. Sin embargo, tal vez no entienda bien todavía qué significa y qué relación tiene con sus actividades diarias.
Hoy en día, los fabricantes comprenden el papel fundamental que desempeñan, no solo para maximizar el valor para los accionistas, sino también para hacerlo de manera responsable a través de un compromiso medioambiental y social. No solo es lo ético, sino que también ayuda a atraer nuevos clientes y conservar a los existentes.
La normativa es cada vez mayor
Teniendo en cuenta la huella tan grande que dejan las corporaciones, a veces de manera mundial, deben comprender su impacto en la intersección de la sociedad, el medio ambiente y los negocios, lo que puede medirse de varias maneras diferentes.
Hay dos tipos de medidas de sostenibilidad: voluntarias e involuntarias. Los informes voluntarios a menudo incluyen empresas de auditoría externas que evalúan y clasifican las iniciativas de sostenibilidad, lo que a su vez se puede proporcionar a los clientes. Puede ser un marketing interesante para empresas con clasificaciones favorables.
Organizaciones de sostenibilidad como EcoVadis y CDP envían estas encuestas anualmente, con preguntas sobre la eficiencia energética que se desglosan incluso a nivel de ingeniería de planta. Según la puntuación que EcoVadis conceda al sistema de gestión de sostenibilidad de una empresa, la empresa podrá promocionar su clasificación platino, oro, plata o bronce, o una insignia. A continuación, la empresa puede tomar medidas para mejorar estas clasificaciones.
Asimismo, CDP es una organización benéfica que gestiona un sistema de divulgación mundial usado por inversionistas, empresas, ciudades, estados y regiones para gestionar su impacto medioambiental. Una vez al año se publica una lista de empresas con sus puntuaciones en varias categorías, y las empresas compiten por obtener una clasificación favorable.
Por otra parte, la generación involuntaria de informes se traslada al ámbito de la regulación gubernamental. Por ejemplo, en Europa existe una ley denominada Reglamento sobre Diseño Ecológico para Productos Sostenibles (ESPR) que reemplazará a la actual Directiva de Diseño Ecológico de la UE para introducir requisitos más amplios para más grupos de productos, lo que obliga a las empresas a informar sobre las emisiones o el riesgo que se está multando.
En Estados Unidos, la Comisión del Mercado de Valores de EE. UU. (SEC) ha propuesto una norma para exigir a las empresas que cotizan en bolsa que divulguen una serie de riesgos relacionados con el clima que podrían afectar a su negocio, lo que se conoce como la norma de divulgación climática de la SEC.
Las emisiones de carbono son el resultado de varias fuentes en toda la cadena de valor de una empresa; el monitoreo de las emisiones puede ayudar a una empresa a comprender su huella de carbono. La práctica habitual es clasificar este trabajo en tres categorías basadas en el sistema de alcance del protocolo de gases de efecto invernadero desarrollado por el World Resources Institute:
- Alcance 1: Emisiones directas resultantes de las actividades de la empresa dentro de sus propias “cuatro paredes”
- Alcance 2: Emisiones indirectas tales como energía/servicios públicos que se obtienen directamente en beneficio de la empresa
- Alcance 3: Emisiones de gases de efecto invernadero, tales como dióxido de carbono, en toda la cadena de suministro flujo arriba y flujo abajo de la empresa
Según este informe del Foro Económico Mundial, las emisiones de alcance 3, que representan más del 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) de las industrias en promedio, suponen un reto crítico. En 2024, el requisito de divulgar las emisiones de alcance 3 se eliminó del borrador original de la norma de divulgación climática de la SEC, lo que se desvía de las normas de la Unión Europea, que obligan a las grandes empresas a divulgar las emisiones de alcance 3 a partir de ese año, lo que complica el cumplimiento normativo para algunas corporaciones globales.
Una manera de abordar las emisiones de alcance 3 es fomentar una nueva dinámica en las relaciones de la cadena de valor. Se trata de una excelente oportunidad de examinar la cadena de suministro y elegir la opción más ética y sostenible, si todo lo demás es igual.
Impacto medioambiental y reputación corporativa
La responsabilidad por la sostenibilidad ha pasado de las operaciones corporativas a la planta. Por ejemplo, las empresas que adoptan estrategias para que la primera opción sea la reparación piden a sus operadores de planta que consideren devolver los activos que ya poseen al fabricante original para su reparación o reacondicionamiento en vez de comprar otros nuevos.
Los gerentes de planta y los colaboradores individuales trabajan para alcanzar las metas generales de la empresa y las empresas actuales crean nuevos grupos u organizaciones dentro de su base operativa para centrarse en la sostenibilidad. Por ejemplo, desde el punto de vista de la salud y seguridad medioambiental, es posible que las empresas tengan que informar sobre ciertas métricas y formas operativas de hacer negocios.
Más allá del cumplimiento normativo, otra razón importante por la que la sostenibilidad es importante es que, como empleado, usted normalmente trabaja en la comunidad donde vive. Por eso, debe preocuparse por mantener a la comunidad limpia y segura mediante la reducción del consumo de energía y las emisiones de carbono. La conservación de recursos y la prevención de la contaminación constituyen un legado que va más allá de la organización.
Las empresas de hoy en día son más influyentes en su compromiso con la sostenibilidad. Por ejemplo, dos tercios de las empresas de Fortune Global 500 han asumido un importante compromiso climático. Según ClimateImpact.com, “Reducir las emisiones vale la pena tanto desde el punto de vista medioambiental como del económico: las empresas que redujeron las emisiones comunicadas año tras año obtuvieron en promedio casi mil millones de dólares más en ganancias por empresa que sus homólogos de Fortune Global 500”.