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Rockwell Automation ha dado vida al Modelo de madurez de The Connected Enterprise®. Desarrollamos y validamos este enfoque para integrar la tecnología de la información (TI) y la tecnología de las operaciones (TO). Al hacerlo, logramos niveles inigualables de colaboración en Rockwell Automation y con los proveedores y clientes, conectamos procesos e instalaciones con métodos nuevos, y obtuvimos beneficios de maneras inesperadas. Lo más importante, aprendimos lecciones importantes que podemos compartir con usted:
1. Evaluación: esta etapa del Modelo de madurez de The Connected Enterprise® se trata en realidad de la administración del cambio. ¿Las personas están dispuestas a innovar los procesos que las condujeron al éxito? ¿Pueden visualizar lo que significa utilizar información precisa en tiempo real?
Inclusive nosotros nos sorprendimos con los desafíos de conectar la automatización industrial y la tecnología de las operaciones con las tecnologías de la información antiguas. El proceso también nos abrió los ojos para darnos cuenta de la cantidad de soluciones que necesitaba nuestra TI antigua (muchas). La etapa de evaluación nos mostró qué necesitábamos cambiar, qué sectores de la red requerían actualizaciones y cómo debíamos cambiar las prácticas y los flujos de trabajo, e identificó los posibles riesgos. Luego, utilizamos procedimientos de administración del cambio establecidos para implementar una estrategia que pudiera integrar de manera segura el personal, los procesos y las tecnologías. Aun así, cada cambio encuentra resistencia; por eso, esté preparado.
2. Redes y controles seguros y actualizados: Rockwell Automation es una empresa global con operaciones en cada continente; por eso, prevemos actualizar algunos controles, sensores e infraestructuras: usted debería hacer lo mismo. Puede sorprenderse al conocer los resultados de su evaluación, lo cual es bueno: para poder solucionar un problema primero debe encontrarlo. También aprendimos rápidamente que no podíamos cambiar todo de una vez; teníamos que priorizar las actualizaciones equilibrando los riesgos a corto plazo y los objetivos a largo plazo. Este enfoque le permite solucionar problemas urgentes y considera la expansión de la instalación y las nuevas tecnologías, mediante el desarrollo estratégico de una conexión principal versátil de TI/TO que brinde conectividad adaptable a futuro.
Otra lección que aprendimos en esta etapa fue la importancia de definir los roles y la autoridad de los ingenieros de TI y TO en una Connected Enterprise.
3. Capital circulante de datos (WDC) definido y organizado: prepárese para sumergirse en una ola de datos. John Nesi, vicepresidente de Desarrollo de Mercado en Rockwell Automation, se refiere a esta etapa como “evolución de la información de hambruna a festín”. Pasamos de tener datos de TO aceptables y utilizables a una sobreabundancia.
Desarrollamos procesos que distinguen de manera eficiente los conocimientos importantes de los datos que “sería bueno conocer” y que probablemente no afecten las operaciones diarias. También aprendimos que la información nueva requiere nuevos flujos de trabajo, cronogramas y responsabilidades.
4. Análisis: durante la etapa de análisis, encontramos muchas formas de utilizar las capacidades de nuestra nueva red de TI/TO. También aprendimos que debíamos dejar de realizar tantos análisis. Por último, seleccionamos los problemas persistentes según los indicadores clave de rendimiento (KPI) por ubicación y luego enviamos la información a los destinatarios autorizados con autoridad para actuar. También establecimos protocolos de acción estándar para nuestros empleados que se pondrían en marcha a partir de esta nueva información, minimizando la necesidad de supervisión ejecutiva y maximizando la respuesta.
Sin embargo, a pesar de nuestros mayores esfuerzos, nos seguíamos encontrando con la “incredulidad respecto de los datos”; personas que insistían en que los datos podrían no ser correctos. Aprendimos a convencer a los detractores mediante el enlace de información, capacidades de procesos e indicadores clave de rendimiento, es decir que “este proceso genera este resultado y aquí están los datos que lo demuestran”. Lo más importante, la información resaltada indicaba los parámetros que podrían evitar que se llevaran a cabo medidas de retraso negativas.
5. Colaboración: la lección más importante que aprendimos en la etapa final fue que nuestro trabajo (y las inversiones) en las primeras cuatro etapas realmente valieron la pena. Cada paso dio sus frutos. Durante esta etapa, utilizamos nuestras experiencias para ayudar e incentivar a los clientes y proveedores a seguir adelante con su propia Connected Enterprise.
La colaboración permitió que nuestro equipo de cadena de suministro pudiera visualizar y reaccionar en forma conjunta a las condiciones del mercado emergente, lo que impulsó la excelencia operacional y los ahorros de costos de forma generalizada. La gran mayoría de nuestros socios de la cadena de suministro nos apoya en nuestros esfuerzos. Aquí la lección es la paciencia; cada iniciativa colectiva lleva su tiempo, especialmente una de esta magnitud y en la que se solicita y se comparte información exclusiva.
La otra lección importante en esta etapa es que todos los involucrados en el flujo de datos de TI/TO, ya sean las unidades de negocio o los socios de la cadena de suministro, deben cumplir con los estándares de seguridad estrictos. Incorporar un enfoque de “defensa en profundidad”, que aporte niveles físicos y electrónicos de seguridad mejorada a la infraestructura de TI/TO, aumenta la probabilidad de que se detecten y eviten las amenazas o los accesos no autorizados. Establecer un alcance claro para estas protecciones les brindará a otros la confianza para unirse a usted, para aprovechar los expertos en la materia en toda la cadena de suministro y para compartir las mejores prácticas.
Estas son lecciones que aprendimos al construir nuestra Connected Enterprise. ¿No es hora de que comience a aprender algunas lecciones usted mismo?
Publicado 6 de enero de 2015