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Al implementar una infraestructura de Empresa Conectada, tanto los directivos como los ingenieros tienden a centrarse principalmente en la tecnología. Sin embargo, la implementación exitosa de la Empresa Conectada se basa en tres pilares, uno de los cuales es la tecnología. Los otros dos –los procesos y las personas– son a menudo ignorados. Por mi experiencia, este último es el factor clave para lograr una implementación con éxito.
Cambios en los procesos
Las tecnologías desarrolladas para la Empresa Conectada pueden aumentar la productividad, reducir el tiempo de inactividad inesperado y el de operación, e incluso mejorar el servicio al cliente. Sin embargo, la simple instalación de una serie de sensores adicionales en la planta de fabricación no aportará beneficios más allá del valor de los costes incurridos. El valor añadido aparece sólo cuando estas nuevas tecnologías se implementan de forma compatible con los procesos de la empresa.
La Empresa Conectada hace posible automatizar muchas operaciones que previamente requerían una comprobación manual o un contacto humano. Un buen ejemplo sería comprobar el progreso de un pedido ejecutado. Actualmente, las empresas se basan en los sistemas ERP, de los cuales los administradores de nivel superior sólo pueden saber si el producto está listo o no. Si desean conocer los detalles o el estado preciso, deben ponerse en contacto con el director de producción. Después de implementar la Empresa Conectada, el sistema ERP proporcionará información más detallada y precisa con un solo clic para que los administradores puedan encontrar más rápidamente todo lo que necesitan saber, sin involucrar al personal de la planta.
Además, la misma información precisa del progreso se puede compartir con los clientes. Esto es algo que se está volviendo cada vez más común, y ahora se considera una buena práctica en operaciones B2C y B2B.
Cambios en las personas
Adaptar los procesos para aprovechar las capacidades de las nuevas tecnologías puede ser relativamente sencillo, pero conseguir que las personas se adapten –pidiéndoles que cambien sus hábitos a largo plazo– no es tan fácil. Como director de una fábrica, lo sé por experiencia. Aquí estamos hablando de factores psicológicos, que son mucho más difíciles de cambiar y controlar. Incluso con esta nueva tecnología avanzada, nuestro gerente del ejemplo anterior todavía querrá llamar por teléfono al director de producción para averiguar algunos detalles de los pedidos. Este directivo también estará equipado con un teléfono inteligente, que sólo utiliza para llamar. Como resultado, el dinero gastado en su tecnología móvil simplemente se desperdicia.
El mero cambio de hábitos no lo es todo. También es necesario mejorar la competencia de los empleados para que sepan utilizar la tecnología disponible. Puede resultar que los empleados no utilizan las nuevas funciones simplemente porque no pueden, puesto que, al igual que otros muchos usuarios de teléfonos inteligentes, realmente no saben cómo usar todas las diversas aplicaciones de su dispositivo.
Decisiones rápidas
Para poder beneficiarse plenamente de la Empresa Conectada, los usuarios deben adquirir primero dos habilidades. La primera se aplica a prácticamente todos los trabajadores, y es la capacidad de tomar decisiones rápidas. Obtener acceso instantáneo a cualquier información sobre el estado de los procesos requiere un análisis rápido para poder tomar decisiones sobre los próximos pasos. Los sistemas modernos simplifican la recolección de datos y, como resultado, liberan tiempo para volver a pensar los pasos que previamente se gastaron visitando físicamente los dispositivos y grabando la indicación de los sensores que desaparecen.
Con la Empresa Conectada, toda la información se presenta rápidamente, por lo que el empleado puede tomar decisiones al instante, porque, de lo contrario, éste se convierte en un “cuello de botella” del rendimiento del proceso.
Representación de la realidad
La segunda habilidad valiosa en el mundo de la Industria 4.0 es la capacidad de analizar los datos y las relaciones, y luego traducirlos al lenguaje de los ordenadores. Los ingenieros de procesos con experiencia tienen una gran riqueza de conocimientos, lo que les ayuda a aumentar la eficiencia de los procesos y reducir los costes. Con la implementación de la Empresa Conectada, la cantidad de datos recopilados de los procesos se incrementa mucho, lo que aumenta el potencial de optimización. Pero este aumento en los datos también dificulta que los seres humanos normales los analicen de manera efectiva. Por lo tanto, los técnicos tendrán que aprender a transferir sus conocimientos al interior del sistema, de modo que el análisis de los datos se lleve a cabo automáticamente. El valor radica también en la capacidad de reconocer nuevas dependencias, que verifican periódicamente si las conclusiones de los sistemas corresponden a la realidad.
Una vez más, puedes encontrar una analogía con los teléfonos inteligentes: para aprovechar al máximo sus capacidades, debes instalar y actualizar aplicaciones o incluso crear otras nuevas. Con esta mentalidad, el potencial de la Empresa Conectada no se desperdicia, y la organización se beneficiará de forma similar a la conversión de los teléfonos analógicos en inteligentes.
Publicado 6 de marzo de 2017