Recomendado para usted
La seguridad en el trabajo es la base para alcanzar la excelencia operativa. Sin asegurar la integridad del personal y la protección en el entorno de trabajo, los trabajadores no pueden centrarse en sus tareas cotidianas, ni tampoco en actividades de mejora que puedan ayudar a impulsar la productividad. Hace ya tiempo que en Rockwell Automation estamos convencidos de que la mejor seguridad del mercado se puede conseguir:
- Desarrollando una cultura de seguridad en la que esta sea un valor central para la empresa y que todo el personal —dirección, ejecutivo, personal de planta— deba responder sobre ella
- Implementando políticas, procedimientos y procesos efectivos respecto a la conformidad en la empresa que permitan identificar y mitigar los riesgos y, por tanto, asegurar el funcionamiento seguro del equipamiento
- Invirtiendo capital en tecnologías que integren los sistemas de control y de seguridad, mejorando así la seguridad y también la productividad
La adopción de tecnologías para el Internet Industrial de las cosas (IIoT) puede mejorar de forma significativa la monitorización de seguridad, ya que proporciona datos en tiempo real sobre los comportamientos de los empleados, el rendimiento de la maquinaria, las causas de los paros de servicio y tiempos inactivos y de las anomalías y tendencias en seguridad.
A partir de esos datos, los expertos en salud y seguridad medioambiental (EHS, por sus siglas en inglés) pueden identificar rápidamente variaciones entre las políticas de seguridad y su implementación. Este conocimiento, además, puede utilizarse para planificar formación adicional para el personal encargado y para solucionar los problemas indicados por las alertas en tiempo real de los dispositivos de seguridad —barreras optoelectrónicas, alfombras de seguridad y mecanismos de cierre/enclavamiento, etc.—.
De ahí que no sea ninguna sorpresa que los fabricantes estén inmersos en una carrera para utilizar las capacidades del IIoT mencionadas para crear una Empresa Conectada (Connected Enterprise) segura, además de conectada.
De hecho, con el objetivo de mejorar la seguridad, el 39% de los fabricantes ya dispone de dispositivos inteligentes o de alguna clase de inteligencia incorporada en sus operaciones.
Una inteligencia que permite que tanto gerentes como empleados realicen sus tareas de forma estandarizada y segura, ya que cualquier variación en los procesos de planta —ahora con una visibilidad sin precedentes— pueden detectarse, analizarse y remediarse de inmediato.
Esta estrategia —que prima la seguridad sobre otras variables— también puede impulsar las actividades de mejora, puesto que, en lugar de buscar atajos inseguros para realizar sus tareas, los empleados se dedicarán a buscar maneras de optimizar los procesos.
Con una estrategia de este tipo, por ejemplo, los empleados, en caso de fallo del equipo —al tener que cumplir requisitos estrictos respecto a sus informes de seguridad— centrarán su atención en las causas raíces del fallo en lugar de desactivar los sistemas tratando de recuperar cuanto antes el sistema o de utilizar soluciones temporales para salir del paso.
Aparte de la formación necesaria y las políticas que eliminen las prácticas inseguras, el primer paso para que esta filosofía pueda aplicarse es el compromiso de la dirección con una cultura que ponga la seguridad por delante del resto de temas.
Pero la cultura no es suficiente por sí misma. La conversión de una Empresa Conectada (Connected Enterprise) en una empresa que además de productiva sea segura requiere la aplicación de tecnologías de última generación capaces de combinar los controles de seguridad y maquinaria en una única plataforma, una plataforma que aumente la visibilidad de los datos de seguridad, que identifique los riesgos, que mejore la conformidad y que aumente la seguridad de los trabajadores, impulsando al mismo tiempo la rentabilidad de la empresa.
¿Hasta qué punto es segura —y productiva— su Empresa Conectada?
Publicado 17 de mayo de 2018