Los cables de fibra óptica son esencialmente tuberías ligeras unidas a un sensor de fibra óptica. La luz emitida desde el sensor viaja a través de fibras transparentes en los cables y emerge en el extremo de la fibra. El haz transmitido o reflejado se lleva de vuelta al receptor a través de diferentes fibras. Nuestros cables de fibra óptica son ideales para la detección de objetos pequeños y se pueden montar en lugares que, de otra forma, serían inaccesibles para los sensores fotoeléctricos.