Uno: Realidad aumentada (AR, por sus siglas en inglés)
El concepto es bien conocido. Se trata de superponer la información digital a objetos o equipos reales. Se puede hacer con tabletas, teléfonos móviles o wearables.
¿Parece difícil de configurar? Puede que se equivoque. La modernas tecnologías de AR permiten un desarrollo rápido de aplicaciones sin necesidad de codificación alguna. Y se trata de implementaciones que no se limitan a superponer la información digital sobre los objetos reales, sino que también permiten la colaboración virtual.
Es decir, además de ofrecer al personal de campo información en tiempo real sobre el proceso real con el contexto apropiado, con esta tecnología las empresas mineras pueden obtener asesoramiento remoto por parte de expertos en mantenimiento y mejorar —con instrucciones personalizadas y fácilmente memorizables— el proceso de formación de los nuevos trabajadores.
Dos: Arquitecturas híbridas (cuando los sensores comunes se encuentran con las aplicaciones industriales)
Lo mejor de una plataforma combinada es que permite mezclar los datos provenientes de sensores o equipos comunes de bajo coste con los datos procedentes de equipos con información de automatización de nivel industrial. Imagine integrar la información de monitorización ambiental (procedente de sensores normales de IoT) con información de producción en tiempo real de los sistemas de automatización de procesos.
En mi opinión, la incorporación de este tipo de información (a partir de dispositivos IoT comunes) a los sistemas de automatización de minería ofrece una gran oportunidad para mejorar la visibilidad de las operaciones, una oportunidad cuyo único límite es la imaginación. Sin ir más lejos, en Internet pueden pedirse kits de desarrollo de monitorización ambiental listos para su uso.